¿A QUE VA A SER QUE LOS LOCOS SON LOS OTROS? (III)

Roger Wolcott Sperry

Que nosotros somos los más cuerdos, los más estables, los más inteligentes. Los que aprovechamos nuestras capacidades de una manera diferente, más amplia, más completa.
Los que aprendemos Historia mientras hacemos dibujitos. Los que conocemos la ubicación exacta de cada lápiz, pincel o papel en el aparente caos de nuestro estudio. Los que podemos decir más cosas de un artista viendo sus pinturas y sus dibujos, que estudiando un sesudo texto sobre ellos.

Porque usamos los dos cerebros.

Siempre pongo los dos mismos ejemplos:







Los creadores de la Neocueva de Altamira, Matilde Múzquiz (en la Wikipedia, aunque no es la fuente de información que más me gusta, tenéis un enlace a su tesis doctoral, que cambió la visión de los prehistoriadores) y Pedro Saura, una pareja de licenciados en Bellas Artes, descubrió, mientras la estaban reproduciendo, pintando como si fueran ellos los artistas originales, que aquel o aquellos que la habían pintado, eran artistas entrenados. Su investigación -basada en una intuición fortísima mientras la estaban "reproduciendo"- cambió las bases de la Historia del Arte Paleolítico.


        David Hockney, ese pintor inglés del Neofigurativismo pop obsesionado con las piscinas, los reflejos y las polaroids, que se pasó diez años de su vida y su obra fragmentando lo que veía, y acumulando docenas de postales y reproducciones de sus autores clásicos favoritos, descubrió a base de observar, y observar -y dejar elaborar a su cerebro lo que veía- que en el siglo XV (dos siglos antes de lo que admitían los historiadores del Arte) hay un salto espectacular en la representación realista de lo pintado, y en una inteligente investigación posterior, descubrió que era fruto del uso de "máquinas de dibujar", instrumentos ópticos que facilitaban la reproducción fiel, exacta, de las caras, las posturas, los ropajes, los adornos, los objetos y las alfombras del motivo a representar. Pero que a veces al mover el aparato se producían deformaciones, y quedaban evidencias en los cuadros. Y publicó un libro fascinante: "El Conocimiento Secreto".


Y el libro está agotado, ¡¡pero hay película!!

Diferencia si hay ¿verdad?

Son dos ejemplos que pongo siempre, porque demuestran que el conocimiento, y un conocimiento de muy alto grado intelectual, a veces viene de la intuición, de una forma de captar información que no es la habitual, la de leer, estudiar y comprender lo que se lee. A veces, viene de la mente de personas que se dedican a dibujar,  a pintar, a sacar fotografías.
¡HÉURËKA! (¿Recordáis? ... Arquímedes de Siracusa saliendo en bolas y corriendo por toda la ciudad).

Por eso, este tercer capítulo del libro de Betty, me pareció tan interesante en su momento.
Explica cosas que pocas veces se dicen, y desde luego, no cuando lo dijo ella...¡ hace ya cuarenta años!
Leedlo, por favor, aunque os de "ictericia" ver tantas páginas. Y luego me comentáis qué os parece.

Betty Edwards. Capítulo 3.

¡Ah! Y por último. El señor de la primera imagen es el científico al que cita Betty Edwards, el de experimentos tan fascinantes como el de sentarse sobre su mano o taparse la boca cuando habla "el otro cerebro". Roger Wolcott Sperry. Y debería deciros algo muy peculiar de esta persona. Peculiar, pero no tan extraño como muchos creen.

Sperry era un ávido paleontólogo y acumuló una gran colección de fósiles en su hogar. También fue un escultor, artista y ceramista muy talentoso. Le gustaba ir de campamento y pescar con su esposa e hijos en Baja California.
Era una persona. Completa. Sin barreras falsas. Y con muchos intereses.

¡¡ A ver si por fin vamos aprendiendo algo !!